Cuando me quitaste las manos de los ojos y vi mi cuarto lleno de rosas, lloré, y lloré porque sabía que la cantidad de rosas que estaban acomodadas por todas partes, eran equivalentes al tamaño de tu traición.
Antes me dabas rosas para decirme : Te amo
Algo tan bello ahora huele tan triste...
Dejaste de darme rosas paras recordarme que me amabas, que querías ser detallista; un día se extinguieron esas razones y empecé a recibirlas a manera de disculpas; cada que me herías, traicionabas o fallabas, recibía tus rosas como la materialización de tu remordimiento...
Ahora lloro porque estoy rodeada de ellas y se que son la razón de algo tan grande, desconocido y doloroso...
No quiero saberlo...
Empecemos una nueva historia ahora mi flor favorita es el tulipán.
miércoles, 24 de febrero de 2010
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